El Ascenso de Senlin marca el inicio de la tetralogía steampunk conocida como Los Libros de Babel, escrita por el autor norteamericano Josiah Bancroft, y que ha sido traída a nuestro idioma de la mano de Red Key Books, con traducción de Raúl García Campos (nunca me cansaré de resaltar la alta calidad de sus traducciones, incluyendo detalles de localización que ayudan mucho a la inmersión). Un libro que no ha dejado indiferente a lectores desde que fue autopublicado en primer lugar (por algo en el SPFBO de Mark Lawrence tenemos la figura de la Senlin Safety Net), y que nos muestra el imaginativo viaje del director de escuela Thoma Senlin dentro de la mítica torre de Babel.

Un viaje que llevará a nuestro afable protagonista a cambiar en su desesperación por reunirse con su esposa, desaparecida poco después de llegar a la base de esta torre. Un lugar que por otro lado, él siempre ha idealizado, usado en sus enseñanzas como un ejemplo a seguir, pero cuya realidad dista mucho de esa utopía que Senlin proyectaba en su cabeza. Pues la torre de Babel no es sino un trampa que atrae todo tipo de personalidades y que en cada piso contiene su propia realidad metafórica.

Y si algo podemos decir que no le falta a Bancroft es imaginación para ir construyendo poco a poco una historia donde Thomas Senlin se ve obligado a ir adaptándose e improvisando en cada piso, tratando de sobrevivir a los horrores que destrozan ese idealismo que él tenía; Bancroft intercala episodios de la vida cotidiana de Senlin, episodios que una vez está en la torre no se pueden  ver de otra forma que no sea desde la inocencia de la ignorancia.
De manera muy hábil, el propio argumento se convierte en algo muy tenue, dándole una mayor importancia a los personajes, esos reflejos de la naturaleza humana, que además son productos de los diferentes circumreinos; algunos no pasan de la simple caricatura, pero cumplen su papel dentro de la torre.

Otro detalle que es interesante en la obra de Bancroft es la degeneración de Senlin durante su ascenso, un ascenso que para su personalidad no es sino un descenso en la propia escala de su humanidad, renunciando a sus valores si ello es lo que necesita para seguir. 

El Ascenso de Senlin es una lectura que te atrapará, una maravilla steampunk que refleja como, al igual que la torre bíblica es castigada con la locura, para ascender dentro de la imaginaria es necesario que se deje atrás toda cordura; no puedo esperar a que el resto de la tetralogía sea publicada, porque Bancroft es un escritor de reconocido talento, y no puedo sino desear continuar las aventuras de Thomas Senlin.